NAVIDAD

Navidad es ilusión (¿?). Me gustaría que alguien me regalase tiempo extra en estas fechas.
Cuando fui a comprar los adornos, “El Sakito” (comercio de todo a un euro, o a varios ), se había convertido en una tienda llena de Papá Noeles locos moviendo sus manitas hacia dentro y hacia fuera o levantando y bajando esa horrible vela con la mecha parpadeante, guirnaldas, árboles de plástico, simulacro de regalos falsos, confeti, gorros de cucurucho con una gomita, matasuegras, espumillón... y un hilo musical navideño de los años 50 que le daba un ambiente de lo mas extraño, casi sentía hasta miedo, de tanta felicidad desbordante e irreal que despertaba el lugar.
Intenté salir de allí mas bien corriendo, por si acaso, pero me retuvieron un buen tiempo dentro, en la cola.
Confieso que durante la espera me probé varias pelucas. Me gustó llevarlas, me sentí menos yo, me sentí más cactus, me sentí más supernena. Y ahora, a pesar de lo aparatoso de este solsticio de invierno, tengo unas ganas terribles de ponerme una estrella en la cabeza y convertirme en árbol de Navidad. Sin duda sería un abeto un poco larguilucho y desproporcionado, todo hay que decirlo..., pero con mucho espíritu. (Esto es lo que pasa por la retención en la cola de las tiendas en estas fiestas y por el avistamiento constante de la estrella brillante del cielo que tanto me intriga).

FELIZ NAVIDAD 2007